
Pero he aquí que, leyendo un texto de Julio Llamazares (protagonista también de los primeros titubeos de la Blogse), titulado El cielo de Madrid, descubro que algunos escritores también han optado por desterrar al cuyo del lugar que el castellano le había encomendado hasta nuestro tiempo.
"Pasados los dos primeros, de los que ni siquiera llegué a saber el nombre, tan rápido se pasaron[...]", escribe Llamazares sin lágrimas, sin sospechar que ha relegado al tímido y apocado cuyo al paro en tiempos de crisis, sin percatarse siquiera de que la frase "pasados los dos primeros, cuyos nombres ni siquiera llegué a saber" es más económica y más eufónica que la suya. Y sin saber tampoco que su frase podría ser empleada por un anti-Diccionario de Autoridades, al estilo de los primeros que elaboró la RAE, de palabras que han sido abandonadas por su propia sangre e inician el largo camino hasta petrificarse en materia de estudio de la paleontología.
"Pasados los dos primeros, de los que ni siquiera llegué a saber el nombre, tan rápido se pasaron[...]", escribe Llamazares sin lágrimas, sin sospechar que ha relegado al tímido y apocado cuyo al paro en tiempos de crisis, sin percatarse siquiera de que la frase "pasados los dos primeros, cuyos nombres ni siquiera llegué a saber" es más económica y más eufónica que la suya. Y sin saber tampoco que su frase podría ser empleada por un anti-Diccionario de Autoridades, al estilo de los primeros que elaboró la RAE, de palabras que han sido abandonadas por su propia sangre e inician el largo camino hasta petrificarse en materia de estudio de la paleontología.
(Julio Llamazares, en una imagen de www.elcorreodigital.com)
El aguijón en el vocablo
3 comentarios:
Sí señorrrr!!!!!!!!!!!!!!!!
Sí, 'cuyo' y 'cuán' parecen estar demasiado desaparecidos pero a mi me gusta mucho usarlos y los uso. Besotes, M.
Me alegra ver nuevas entradas en un blog CUYO autor había tomado cierto descanso ;-)
Un saludo.
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