domingo, 30 de septiembre de 2007

Brahms en El corte inglés


En el mundo de la música pop, rock y de otras tendencias que se engloban bajo el curioso epígrafe de música popular urbana se realizan habitualmente versiones de obras adscritas a la música clásica. La música del anuncio de la temporada de otoño de El Corte Inglés (no sólo la primavera llega a nuestros grandes almacenes) es una canción de Jane Birkin (cuya faceta musical conozco hoy) basada en el célebre tercer movimiento de la Tercera Sinfonía de Brahms. En el anuncio, la bellísima modelo brasileña, Leticia Birkheuer, se dedica a abrir puertas mágicas que conducen a alejados lugares y distantes épocas, lo que da pie a enseñar variados modelitos que sin duda "se llevarán" (magnífica expresión) durante esta temporada.

La melodía triste, melancólica y resignada, más bella aún que la mujer que se balancea entre setos resplandorianos con elegancia de estrella, se aviene perfectamente al espíritu nostálgico del otoño. Jane Birkin la despoja de su grandeza y de gran parte de su carga lírica, lo cual, después de todo, quizá se adecue mejor a la vida frívola y desenfadada de compras vespertinas y fiestas nocturnas que lleva la protagonista. Además de en ésta, La melodía del Poco allegretto se puede oír en otras versiones, como la del guitarrista hispanoamericano Carlos Santana en un disco al que su autor tituló (con una originalidad digna del más trangresor vanguardismo) Love of my life.

¿Qué pensaría Johannes Brahms de estas recreaciones de su obra? Teniendo en cuenta que el respeto extremo que sentía por el género sinfónico (tras las nueve sinfonías de Beethoven) provocó que se demorara en la composición de su primera sinfonía durante veinte años, creo que no aprobaría las apropiaciones de Santana y de Birkin. Por si esto fuera poco, el espíritu que se respira en el anuncio de El Corte Inglés está muy alejado del carácter introvertido, casi huraño del compositor alemán. No me lo imagino con su larga barba de Zeus, ya mayor, en la planta de moda caballero buscando talla desesperadamente para tener algo que llevarse a su rechoncha figura. Eso se parecería demasiado a un sacrilegio.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Enlaces de la encuesta semanal

La encuesta que esta semana propone La Blogse no está exenta de dificultades, tanto por la trascendencia del tema (la risa es el motor del ser humano) como por la extrema igualdad entre los contendientes.
Para facilitar la elección entre nuestros lectores, que, sin duda, se habrán tomado muy en serio la responsabilidad que este blog ha depositado en sus inteligentes cabezas y en sus ágiles manos, La Blogse ha navegado por los rincones más recónditos de la red. Inasequible al desaliento, tras múltiples tormentas y extravíos, a punto de zozobrar la nave en el extenso y gélido ciberespacio, nuestro capitán halló lo que tanto buscaba: enlaces a los gags del sondeo en una lejana, inexpugnable y desconocida página llamada algo así como Youtube. Con la satisfacción (y el orgullo) del deber cumplido con valentía y arrojo, La Blogse entrega aquí el resultado de sus indagaciones para que ustedes voten conscientemente y con conocimiento de causa, y no a lo tonto y a lo bobo, como harían otros. Gracias de antemano por su colaboración.

Gila: La guerra
Aznar: acento tejano
Sánchez Dragó reconociendo que no ha escrito un libro firmado por él (a Ana Botella)
Ahmadineyad en la universidad de Columbia (sólo para los que dominamos el inglés)

viernes, 28 de septiembre de 2007

Víctimas psicológicas

Hace ocho o nueve años, Documentos TV, el programa que con tanto estilo presenta Pedro Erquicia, emitió un documental sobre un judío que había sido internado en el campo de concentración de Auschwitz. Años más tarde visitó el campo, al que no había vuelto desde su infancia, y la emoción le cubrió el rostro mientras recordaba las vejaciones, el sufrimiento y la muerte que habían ocurrido en aquel lugar. El hombre, cuyo nombre no recuerdo ahora, había escrito un libro en el que contaba su dramática experiencia. En breve se convirtió en un best-seller en los EE.UU.

Hasta ahí, más o menos la primera parte del programa, nada hacía presagiar lo que iba a suceder después. Lo que contaba la segunda parte del documental parecía más inquietante: muchos de los datos de la biografía de aquel hombre que se daban por ciertos en realidad no encajaban. A medida que avanzaba la emisión iban apareciendo informaciones que dejaban en evidencia la versión de la ya "presunta" víctima.

En EE.UU., la asociación de víctimas del 11-S acaba de retirar del cargo a su presidenta porque se sospecha que jamás estuvo en las torres gemelas aquel fatídico día. Su aterradora experiencia se tambalea ante cualquier pregunta que pretenda indagar más allá de lo que Tania Head ha contado a la prensa y a los visitantes de la zona cero en su cometido voluntario como guía. Los que han convivido con ella últimamente han comentado que se ha volcado totalmente en las víctimas y que ha trabajado afanosamente estos años sin pedir ninguna retribución por ello. ¿Por qué entonces inventar una historia como esa?


El falso preso de Auschwitz preparó una narración mucho más elaborada que la de Tania Head. Pese a su libro, en el que tuvo que incluir muchos datos que habían de ser necesariamente erróneos, pasó mucho tiempo antes de que fuera desenmascarado. En su visita al campo de concentración alemán, los acompañantes de nuestro protagonista no apreciaron nada extraño, al contrario: se movía por Auschwitz y Birkenau (Auschwitz II) como si ya hubiera estado allí y la turbación que experimentaba por encontrarse en el campo desbordaba la pantalla y llegaba directamente al corazón del espectador. Me pareció que sus sentimientos eran auténticos. Aunque su historia no lo fuera. Quizá, en su caso, empezara mintiendo para alcanzar notoriedad y acabara siendo víctima de sus propias mentiras. Y tal vez algo parecido le haya ocurrido a Tania Head. El 11-S le dio la oportunidad de salir del anonimato y de entregarse a una causa noble que daba un sentido a su vacío vital. No sé qué hay en ello de narcisismo y qué de enfermedad. Pero lo que es seguro es el enorme daño que provocan estos impostores a las causas a las que han consagrado su vida, sobre todo al Holocausto, vergonzosamente cuestionado por Ahmadineyad y compañía.


jueves, 27 de septiembre de 2007

Divide y vencerás: las posibles consecuencias del fuego amigo


Cuando un elemento nuevo entra en un sistema estructurado (esto lo sabemos muy bien quienes hemos estudiado la gramática de Hjelmslev en la traducción de Emilio Alarcos), el sistema se altera por completo. El sistema que forma la prensa escrita española se ha alterado repentinamente por la irrupción del periódico Público, que ha provocado reacciones diversas entre los demás miembros de la red periodística. Su inquietud ante el nuevo medio se debe fundamentamente a que pertenece a una incipiente pero poderosa empresa que aspira a competir en igualdad de condiciones con los asentados grupos de comunicación valiéndose de una televisión, la Sexta, un periódico, Público, y una radio, que no tienen aún pero que no tardarán en conseguir.

En un sistema, las piezas que primero varían son las que están más cerca de la que se ha incorporado. La pieza más próxima a Mediapro es, por varios motivos, Prisa: ideología progresista y buena sintonía con el gobierno. Por eso, Prisa y Mediapro entran en competencia directa tanto en lectores como en favores.

La desmedida reacción de El País ante la actitud del gobierno sobre la llamada guerra del fútbol, el bautizado por Felipe González como fuego amigo, ha puesto de manifiesto dos cosas: por un lado, el recelo de Prisa, los aliados tradicionales del PSOE, por la llegada de unos nuevos aliados que pueden desplazarlos de su privilegiado lugar en el poder político; por otro lado, ha mostrado la falta de ética que preside los grupos de comunicación actuales, cuya línea editorial no es firme ni responde a convicciones serias, sino que cambia radicalmente si el partido al que apoyan no defiende sus intereses económicos.

Como la mafia siciliana de El Padrino, El País ha dejado en la cama de Zapatero una cabeza de caballo, una oferta que el Presidente quizá no pueda rechazar. La aparición de un nuevo medio de comunicación es siempre una buena noticia, pero para el PSOE puede acabar siendo un verdadero quebradero de cabeza. El fuego amigo puede provocar unos daños que podría aprovechar con gusto el PP agarrándose sin esfuerzo alguno a la vieja e insoluble máxima que tantos triunfos ha proporcionado a lo largo de la historia; aquella sabia máxima que dice: "Divide y vencerás".

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Castigo de dioses

Ahora que dar un azote se considera trato vejatorio, salvajada y experiencia traumática, y que a los criminales más execrables se les trata correctamente en las cárceles, construidas (en principio) con la intención de rehabilitarlos, los castigos que los dioses griegos infligían a todos aquellos que infringían las normas (perdóneseme el juego de palabras) destilan una furia, una dureza y una inventiva sin límites. En este blog hemos tratado el castigo que Zeus impuso a Atlas en una entrada sobre un lied de Schubert y un poema de Heine protagonizado por el titán rebelde. Pero en la mitología griega puedes cargar para siempre con la bóveda celeste y no salir del todo malparado. A castigos más crueles fueron condenados otros seres mitológicos. Zeus encadenó a una roca a Prometeo, el protector de los hombres (y, según algunas historias, su creador). Todos los días se lanzaba a devorar su hígado un buitre (al que Unamuno dedicó uno de sus mejores poemas: "A mi buitre") y el inclemente hígado crecía invariablemente por la noche para no dar fin jamás a su sufrimiento. [Prometeo tuvo suerte: fue rescatado por Heracles]

El suplicio del soberbio y parricida Tántalo no es menos terrible. Zeus, harto de sus desmanes, lo recluyó en un apacible lago bajo un espléndido árbol lleno de apetitosas manzanas. Pero el agua y las manzanas lo rehúyen cuando le entran sed o hambre, así que se ve obligado a pasar penalidades con el agravante de tener al alcance de la mano lo que podría saciar su apetito voraz.

Sísifo debe sufrir una insatisfacción semejante a la de Tántalo. Está condenado a subir una piedra por la ladera de una montaña hacia una cima que nunca corona, porque la roca se le escapa de entre las manos y regresa inexorablemente a su posición de inicio. Desde allí Sísifo reinicia pacientemente su trabajo sin cambios y sin éxitos.

Los dioses griegos demostraban estar tocados por la divinidad en la imposición de castigos. Sus penas poseen una grandeza y una altura imposibles entre los mortales. La inmortalidad es lo que aumenta las penas y las sublima, lo que las hace aterradoramente dolorosas y temibles. Nosotros, los humanos, podemos escapar a esos castigos, pero no los eternos Prometeo, Tántalo y Sísifo, sometidos a un castigo reiterado del que no pueden sustraerse y que convierte el placer de la vida sin fin en un sinsentido insoportable. Para ellos, la muerte sí tiene sentido; porque para ellos no sirve aquello tan humano de "No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista".

martes, 25 de septiembre de 2007

Hernando de Acuña, capitán y poeta

Conocido sobre todo por un soneto que encarna bellamente la idea imperial de Carlos V, Hernando de Acuña compuso una interesante obra poética en metros castellanos y en los metros italianizantes que trajeron a España Boscán y Garcilaso, a quien Acuña conoció poco antes de la muerte del toledano en la fortaleza de Muy.
Hernando de Acuña era casi 20 años más joven que Garcilaso y vivió casi 60 años. Pese a todos los avatares con los que se enfrentó (su vida, como la de tantos personajes de su época, merecería cientos de novelas), murió de viejo, muy probablemente en Granada.
El mundo lo recibió, sin embargo, en Valladolid. Dejó su ciudad natal siendo "muy mochacho" para servir al Emperador en Italia junto a su hermano Pedro, amigo por cierto de Garcilaso, y su destino, o su servicio, lo llevó por muy diversos lugares de Europa (Flandes, Alemania, Francia...) y de África, donde tuvo que hacerse cargo de una plaza amotinada.

Después de 15 años de trabajos para el Emperador, entre otros, la versificación de la traducción hecha por el propio Carlos V de su obra favorita, El caballero determinado, volvió a pisar tierras castellanas. Seguramente entre Valladolid y Madrid escribiera un Memorial en el que relata los hechos más notables de su vida en beneficio del Emperador y de su hijo, el ya rey Felipe II, para que se le otorgara algún pago por los servicios realizados. Acuña, que ha dejado su tierra muy joven, que se ha pasado años y años luchando con las armas y con la diplomacia por muchas partes del mundo, que se ha encargado en importante ocasión de la protección de Carlos I, que ha participado en grandes batallas, como la de San Quintín, tiene que pedir dinero a Felipe II porque durante esos años ha incurrido en unos gastos que nadie le ha pagado. Ha gastado su vida y su renta en luchas que en realidad ni siquiera eran suyas. Y lo ha hecho por deber y por lealtad a su Corona.
La obra de Acuña se resiente de las evasivas de Felipe II, quien le encarga a algún súbdito que se le dé algo por ser quien es. Y, sin embargo, Acuña sigue defendiendo fielmente los intereses de su rey en Granada, acompañado por su amigo Diego Hurtado de Mendoza, quizá con una frase revoloteándole por la cabeza como una mariposa loca, una frase vieja de cantar antiguo: "Dios, que buen vasallo, si oviesse buen seior".



lunes, 24 de septiembre de 2007

Exigir el maná

El fenómeno que se está dando en Andalucía tras el pacto entre Chaves y Zapatero para las inversiones del Estado en su comunidad refleja claramente la situación a la que ha llegado la España de las autonomías. Tras la visita, los periódicos principales y sus más preclaros colaboradores y columnistas no han criticado el nuevo sistema de adjudicación de las inversiones del Estado en algunas CC.AA., establecido en ciertos estatutos unilateralmente siguiendo la vieja máxima de "esto es mío porque a mí me sale de los cojones", sino que lo que se ha criticado es que el gobierno central de turno ha vuelto a timar a Andalucía (así, en general) porque va a recibir menos inversiones que Cataluña.
La extrema desigualdad de la financiación autonómica la puso de manifiesto Pedro Solbes indirectamente diciendo que el sistema podría soportar ciertas licencias presupuestarias siempre que no se apuntasen a ellas todas las autonomías. Porque hay políticos españoles listos como ardillas: los que han elegido para la financiación el rasgo con el que más dinero recibe su comunidad: en Cataluña, el PIB, pero no porque eso la beneficie; en Andalucía, la población, pero no porque Andalucía sea la comunidad más poblada (eso no es más que una casualidad), sino porque es lo justo. Siguiendo la misma lógica, el estatuto de Castilla-León debería dictar que se calculen las inversiones del Estado teniendo en cuenta su extensión y Cantabria podría calcularlas por la producción de sobaos pasiegos. Y éstas dos al menos pillarían algo, porque las últimas autonomías que revisen su estatuto (mira que les han advertido que se den prisa) no sólo no recibirán ni un duro de nadie (pobrecillas), sino que es muy probable que tengan que poner bote. Y chitón, no vayan a resultar de un centralismo reaccionario y, a lo peor, filofascistas.
La reforma de los estatutos de autonomías de esta solidarísima España ha puesto de moda varias frases hechas dignas de las mismísima Teresa de Calcuta: "¿Qué hay de lo mío?", "Lo mío, mío y lo de los demás, a medias" y "El que venga atrás que arree". O, mejor aún, que se joda.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Arrasando tormentas


La edición andaluza del diario El mundo de ayer informaba de la pavorosa tormenta que anegó la ciudad de Almuñécar, en la costa granadina: "La inesperada tormenta que en la madrugada de ayer arrasó en la comunidad andaluza, acompañada de granizadas y más de mil rayos, provocó graves inundaciones y destrozos".

Así rezaba la noticia de la redacción sevillana del periódico. Cuando la leí, algo me resultó raro. Estoy harto de oír que arrasan en tal o cual lugar Alejandro Sanz, los cantantes de Rebelde Way, la selección española de fútbol (ah, no, la de fútbol no), etc., pero jamás pensé que una tormenta pudiera arrasar en un sitio. Las tormentas, inundaciones, incendios, el ejército de EEUU, Atila... arrasan lugares aunque sean cuando están en dicho lugar, pero no arrasan en un sitio. La diferencia de significado entre la construcción transitiva (ya saben, con complemento directo) del verbo arrasar y la intransitiva es notable. Son casi contrarios. Si uno arrasa algo es que se lo ha cargado completamente. Por ejemplo, los romanos arrasaron Cartago; el Vesubio arrasó Pompeya. El diccionario de la RAE, entre otras 6 acepciones, dice que arrasar es, en su versión transitiva, 'echar por tierra. Destruir'.

Al contrario, si uno arrasa es que ha tenido un éxito arrollador. El DRAE no recoge este significado, pero sí otros diccionarios. El diccionario virtual de SM define arrasar como 'Triunfar de forma aplastante' cuando no lleva complemento directo. Por tanto, de la lectura de la noticia de El mundo debemos colegir que la tormenta ha triunfado de forma aplastante en Andalucía, lo que en cierto modo es cierto. Sin embargo, no creo que fuera lo que el anónimo periodista quiso expresar. Salvo que sea un psicópata que goza con las catástrofes naturales o que le tenga ojeriza a Almuñécar porque hace años le dio calabazas una mujer sexitana (cuyo gentilicio resulta sugerente y prometedor en el difícil campo de los amoríos). Pese a que ésta es la hipótesis más sugestiva, me inclino a creer que el fallo se debe de nuevo a la genuina "distracción del periodista". No obstante, la culpa de todo es del idioma. ¿A quién se le ocurre que una preposición de más o de menos altere de tal forma el significado de una frase? ¿Hasta cuándo vamos a consentir que un miserable morfema juegue con nuestros mensajes de semejante modo?

sábado, 22 de septiembre de 2007

Resultados de la microencuesta de la Blogse: Cañita Brava vence a Sánchez Dragó


El actor y cantante Cañita Brava, tras sus triunfales participaciones en El semáforo y en Torrente, gozaría del favor del público en caso de que una editorial se decidiera por fin a sacar un coleccionable con su discografía completa. Un 47% de nuestros lectores desean adquirir en su quiosco las canciones del artista español.


Fernando Sánchez Dragó, escritor, presentador y humorista, por este orden o por el contrario, no está a la altura de Cañita, aunque sus ocurrencias no dejan indiferente a sus espectadores. La colección de gags de su noticiario sería seguida con gran interés por un 26% de los encuestados. Logra un 1% más que la narrativa completa de Ana Rosa Quintana, semejante a Sánchez Dragó en sus actividades profesionales: la escritura y el periodismo.




Los blogseros, que han dado la espalda inexplicablemente a una posible (y apasionante) autobiografía novelada de Tata Golosa, han participado activamente en este proceso y han aportado algunas ideas valiosas al respecto. Pedro Ojeda ha propuesto una colección de jarritas con aire de cada pueblo de España, dato que ha sido tomado muy en cuenta por algunas editoriales y, sobre todo, por los gobiernos de casi todas las Comunidades Autónomas, en cuyos Consejos la iniciativa ha sido objeto de aprobación general. Nerea lanzó al aire de las editoriales la ambiciosa propuesta de complementar el primer número de la discografía de Cañita Brava con un disco remix de las canciones de Tamara y Leonardo Dantés. Como comentó un alto directivo de una de las más poderosas editoriales de este país, "¿es que sus trabajos no merecen colecciones monográficas?". ¿Hace falta contestarle?


viernes, 21 de septiembre de 2007

El político lechuga


En un momento concreto de mi infancia, hacia el año 80 o 81, creo yo (los recuerdos de la infancia son como imágenes de cuentos) estuve obsesionado durante un par de semanas con el insecto lechuga. Aparecía en la única colección de cromos que logramos terminar tras duros trabajos en aquellos tiempos y, según el álbum, Naturaleza en color, adoptar esa forma le servía para camuflarse entre la vegetación de la zona y dar esquinazo a sus malvados depredadores. Entonces, tierno e ingenuo infante, mi mayor terror era que la lechuga que traía mi madre de la frutería echara a correr cuando tuviera el cuchillo sobre sus carnes, que se rebelara y no pudiéramos acabar con ella; o que de repente nos diéramos cuenta en la mesa de que la lechuga que nos estábamos comiendo era en realidad un asqueroso insecto.

He estado buscando estos días insecto lechuga por internet y he llegado a dos posibilidades: que se ha extinguido, seguramente devorado con aliño y fruición por personas que lo confundieron con una apetitosa lechuga (erróneo camuflaje); o que el nombre con que lo denominaron los autores de Naturaleza en color era una traducción inexacta.

El animal más parecido a la foto que recuerdo de esa especie es el insecto hoja, cuyo disfraz coincide con el del insecto lechuga. Ayer, en un discutible programa para niños de la 2 (sigo pensando que los niños son pequeños, pero no tontos) dos extraños presentadores comentaron que esta hoja andante se mantenía casi todo el día quieta (qué paradoja) para no ser avistada por sus depredadores y así poder sobrevivir sin sobresaltos. El bicho, calmoso e impertérrito, me recordó en la televisión a la mayoría de los políticos de este país, tan callados y tan, tan quietos cuando sus dirigentes toman decisiones contrarias a sus posturas. Lo que piensa su presidente es lo que piensan ellos. Y que se les ocurra disentir. El que discrepa sabe que pone en peligro su carrera en el gremio. Se arriesga a perder el coche oficial; y eso de tener que buscar aparcamiento cuando se ha vivido con chófer propio es una pesadilla más horrible que la de encontrarse un legendario insecto lechuga moviéndose en la ensaladera y comiéndose la ensaladilla rusa. ¿No les parece?

miércoles, 19 de septiembre de 2007

En Douz, la puerta del Sáhara de Túnez.



Llegamos a Douz, la puerta del Sáhara (lugar al que mi hermana Alicia llegará mañana), después de seis o siete horas de viaje por las intratables carreteras tunecinas. Dejamos atrás la blancura andalusí de remates azulados que orlaba la costa mediterránea en Sidi Bou Said, los mosaicos romanos del museo del Bardo, las playas infestadas de algas del mar de Hammamet, la astucia y la paciencia de los vendedores del mercado de Nabeul, el colosal anfiteatro del Djem y la mancillada intimidad de una casa de bereberes en el interior del país, cerca del desierto, en la aridez extrema de un lugar en el que no llovía desde hacía más de dos años. Eso era una sequía. Y en Douz, la puerta del desierto, sería aún peor. Bajamos del autobús sobre las siete de la tarde (allí anochecía por esas fechas una horita más tarde) y nos recibió en la cara un calor que tenía masa, que era sólido, que se comía, se respiraba, un calor que agrietaba la piel y bronceaba con más rapidez que diez cámaras de rayos UVA. En Palma del Río estarán quejándose por los 40º de costumbre, pensé yo mientras recogía las maletas y corría hacia el frescor húmedo del aire acondicionado del hotel, y no saben la suerte que tienen.


En Douz nos esperaban los dromedarios. Las señales de tráfico que advertían del peligro de animales salvajes sueltos consistían en un dibujo de un dromedario con una joroba perfectamente perfilada. En la arena del incipiente desierto nos esperaban cientos. Llevarían trabajando en su agotadora faena varias horas al calor extremo del desierto, porque algunos de ellos mostraban su fatiga echándose repentinamente sobre el suelo. La vista era espectacular, con cientos de dromedarios esparcidos en diferentes caravanas (una pequeña Samarcanda) y el sol anaranjado poniéndose más allá del larguísimo horizonte (más infinito aún que el horizonte castellano).


Cuando el sol se puso por completo, éramos pocos los turistas que permanecíamos aún en el desierto, más hermoso aún bajo la luz tenue de la luna, y algunos comenzaron a sentir miedo o, al menos, a comentar qué fáciles presas seríamos, a qué bajo precio habíamos puesto nuestras vidas.


Yo entonces no sentí miedo, embaucado por el poder del desierto que ni siquiera lo era aún, testigo único de cómo el cielo azul y la dorada arena se habían convertido, por el hechizo incuestionable de la noche, en un solo infinito.


martes, 18 de septiembre de 2007

Hipócritas educativos

En octubre o noviembre de 2000, redondo año en el que comencé a trabajar como profesor de lengua (castellana y su literatura), se celebraron en el Salón de Actos del Centro de Profesores de Córdoba unas Jornadas para los que comenzábamos nuestra andadura en el proceloso mundo de la educación secundaria. El evento era tan importante que apareció nuestra Delegada (cuyo nombre, si alguna vez lo supe, que lo dudo, no recuerdo ahora) para proceder a su inauguración oficial: las Jornadas para Profesores en Prácticas (nombre oficial) habían sido organizadas por la Delegada y sólo eran obligatorias en la provincia de Córdoba. "¡Qué alegría!", recuerdo que pensé mientras la ira o la resignación se me rebelaban bajo el escondido cuello de la camisa.

Lo que la Delegada nos comentó en su intervención puede imaginarse fácilmente: ella era lo que en la actualidad se conoce con el feo significante de docente (lo dijo en presente, aunque muchos de los allí reunidos supusimos que hacía muchos, muchos años que había abandonado la docencia) y lo que le gustaba en realidad no era ese cargo que le habían echado encima y que había aceptado a regañadientes, sino que lo que le encantaba, la privaba, la rendía, en definitiva, la volvía loca, era la docencia, las clases, el contacto directo con el alumno. Lo dijo con la voz acaramelada de Mary Poppins, así que durante cinco segundos me lo tragué.
Después, me entraron unas ganas enormes de acercarme a su estrado, mirarla fijamente a los ojos y preguntarle con toda la inocencia del mundo:
- Y, si tanto le gusta, ¿por qué no vuelve?
No lo hice, por supuesto. Pero mi silencio cómplice ante tal grado de hipocresía (que en cuanto a la vocación de la docencia es ya casi un tópico entre políticos y adláteres) me tortura inexorablemente en las noches sin luna.
Mujeres musulmanas de Álvaro Fernández Magdaleno.
Ilan Rogoff en EPTA España de Diego Fernández Magdaleno

lunes, 17 de septiembre de 2007

El periodista que cruzó un curso-puente

El uso de figuras retóricas puede provocar grandes malentendidos si quien las utiliza carece de los suficientes conocimientos o, simplemente, actúa de mala fe. La metáfora, por ejemplo, es un recurso muy interesante que se emplea con mucha frecuencia en la vida diaria. Como todos ustedes saben, consiste en la identificación de un término real con otro imaginario entre los que se establece una relación de semejanza. El problema surge cuando se hace una metáfora entre dos elementos que no guardan ninguna similitud.


Es el fallo que cometió un periodista de El día de Córdoba. Tituló una noticia más o menos (ay, mi memoria) de esta forma: "Se implanta en tercero de ESO un "curso puente" para los que suspendan más de cuatro asignaturas". Leí el titular y pegué tal brinco que se me indigestó el café con leche que estaba tomando justo enfrente de la Delegación de Educación de Córdoba. Luego me enteré, leyendo la noticia completa, de que el supuesto "curso puente" (que el periodista en cuestión había entrecomillado amablemente para que reparáramos en que eran palabras de cosecha propia) era la Diversificación curricular, un programa para alumnos trabajadores con dificultades para conseguir el graduado en ESO que lleva funcionando desde que se implantó la bienamada LOGSE, esa fantástica ley elaborada en su mayor parte por idealistas alérgicos a la tiza. La novedad de este año consiste en la ampliación de la Diversificación a tercero (novedad en Andalucía, porque en otras comunidades como Castilla-León se lleva impartiendo desde hace algunos años).
Así que la metáfora Diversificación-curso puente podría clasificarse más correctamente como imagen onírica o surrealista, porque los términos se parecen entre sí como Gallardón y Esperanza Aguirre, por poner un ejemplo extremo. Diversificación de tercero es tan tercero como tercero (perdonen la redundancia) y en ella no se incluye nada de cuarto: ¿dónde está el puente? Y no me digan que en el anuncio de Mapfre, que no estoy para bromas.

Lo que el periodista ha pretendido (el muy pillo) es aprovechar la popularidad de la noticia del curso puente en bachillerato (la solución a nuestro sistema educativo, gracias Ministra) para atraer la atención del lector. Cualquier libro de estilo le enseñaría a nuestro señor periodista que valerse de engañifas en el titular para que el público lea una noticia no está muy bien visto, y puede ser en algunos casos hasta peligroso. Claro que, como repite hasta la saciedad el nunca suficientemente añorado José María García, la nueva máxima del periodismo es "no dejes que la verdad te estropee una buena noticia". Aunque, si lo que pretende nuestro protagonista, es ganar lectores sin escrúpulos, yo le recomendaría dejarse de sutilezas y presentar su candidatura a reportero de Aquí hay tomate con un titular más llamativo. Por ejemplo: "Los cursos de anatomía serán impartidos por tías (y tíos) en bolas desde un puente".

Eh, no me miren ustedes así: si yo lo digo para motivar a los alumnos...

sábado, 15 de septiembre de 2007

La obra literaria de César Vidal provoca un pánico superior al que genera un piano-bomba

Eso se desprende al menos de los resultados de la última encuesta que ha realizado la Blogse entre sus lectores. Un 60 % de los votantes no compraría la colección de César Vidal ni aunque Richard Clayderman (sin control) les amenazara con un piano repletito de bombas si no accedían a adquirir el fascículo o libro de turno de la colección. Una importante decisión que muchos han tomado sin vacilar porque quizá no soporten el sufrimiento que comportan ciertas sesudas obras literarias. "Cuando la tortura es dolorosísima y además no tiene fin (en referencia a la vasta extensión de la narrativa vidaliana), la decisión más acertada es enfrentarse al temor más común, aunque sea el más inane: la muerte", ha declarado a este cronista uno de los participantes de la encuesta. Ha habido también quien no ha tomado en serio las amenazas porque partían de Richard Clayderman. Su melena rubia y su cara de no haber roto un plato les ha convencido de que no había que tomarse en serio tales advertencias. Yo en su lugar no habría actuado tan a la ligera.

Algunos lectores de la Blogse, aunque en menor número, se enfrentarían al ya citado peligro sin escudo, chaleco antibalas, es decir, a pecho descubierto, con tal de no pasar por el mal trago de comprar Ingeniería extrema en DVD y Osho, biblioteca de la inteligencia emocional, lo cual no me extraña leyendo sólo el apasionante título de esas dos colecciones.

Por el contrario, auguramos un gran éxito a Abanicos de colección, cuyos fascículos llevan un gran número de reposiciones, bien por mérito, bien por demérito. Este extremo no ha podido ser dilucidado por la Blogse.

Visto lo anterior, hemos considerado pertinente ayudar a los creativos de las empresas de coleccionables, cuyas neuronas se están amojamando sin conseguir un producto que enganche a la posible clientela. Voten en la nueva encuesta sobre interesantes colecciones y, si posee alguna idea valiosa, compártala con nosotros y renuncie a sacar con ello provechosas ganancias futuras. Quien explote su idea le estará eternamente agradecido: nunca le pagará nada.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Der Atlas (II)


Cuando Schubert decidió poner música al poema "Der Atlas" de Heine, tuvo que modificar algunas cosas, como, por ejemplo, adaptarlo a la llamada forma ternaria lied: A-B-A'. La parte A es diferente de la intermedia y, tras ésta, se repite la primera, por lo general con alguna variación. Si nos fijamos en el poema de Heine, vemos que las dos estrofas expresan sentimientos contrarios: la primera, el triste presente del castigado Atlas; la segunda, sus deseos de felicidad o de desdicha que le han conducido a ese presente. Al igual que Heine, Schubert dota de diferente carácter a las partes A y B y, como colofón, en la parte A' repite los dos primeros versos de la primera estrofa, con lo que remata la identidad, el ser que es el Atlas condenado.

Para expresar el dolor extremado del gigantesco titán, Schubert se sirve de un trémolo en la mano izquierda del piano y de una melodía que, sobre todo en el piano, llega a unas tesituras muy graves. Los intervalos de 6ª y 5ª disminuida, poco habituales, expresan con indudable maestría el desgarro que sufre el protagonista del poema.

La melodía brutal remachada con el continuo trémolo contrasta con los tresillos rítmicos y la melodía más lírica y más cantabile de B, especialmente cuando dice "o infinitamente desgraciado", que se repite, con gran dolor, pero no con un dolor salvaje de titán, sino con la sensibilidad del recuerdo de los tiempos de esperanzas.

Schubert utiliza el último verso del poema de Heine para enlazar B con A': "y ahora eres desdichado" expresa el desesperanzado presente del titán, como A y A'. Por eso la frase musical avanza con un crescendo hasta los trémolos que aparecen en el desgraciado y no desaparecerán hasta el final de la obra.

Schubert consigue crear musicalmente la misma atmósfera que Heine con su poesía. La música se mueve con los matices del texto, magníficamente recreado, y transmite al receptor el ambiente opresivo, la violencia desesperada y al mismo tiempo la sensibilidad de un ser que buscó ser totalmente feliz sin importarle que la búsqueda de la felicidad absoluta podría acarrearle la desgracia eterna. Una obra maestra.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Der Atlas


Cada cierto tiempo vuelvo a tocar y a cantar (o a malcantar) Der Atlas, a sumergirme en la insalubre y dolorosa atmófera del lied de Schubert y del poema de Heinrich Heine que protagoniza un titán de la mitología griega que ejerció como caudillo de los suyos en la Titanomaquia, la guerra en la que los titanes fueron derrotados por los dioses del Olimpo. Como castigo a su rebeldía, Zeus condenó a Atlas a soportar eternamente sobre sus hombros el tremendo peso de nuestro mundo, excesivo incluso para las espaldas del titán, que se retuerce, gime y grita sin que nadie le alivie. Sólo Heracles carga durante un tiempo con la Tierra como parte de uno de sus trabajos. En esa historia, en la que Heracles lo engaña para que robe para él unas manzanas en el jardín de las Hespérides, Atlas aparece como un personaje sin demasiadas luces, como un personaje más bien simple, indigno de haber comandado a sus iguales.

Sin embargo, la faceta de Atlas que explota Heine es la trágica, que es la que le convierte en un héroe romántico. Atlas está condenado a un destino trágico del que no puede escapar. Tiene que soportar sobre sus hombros el mundo entero, pero no un mundo cualquiera, sino un mundo lleno de penas. Atlas ha de aguantar no sólo el peso físico de la Tierra; también el peso de todas las desgracias, de todas las penas, de todas las desdichas. ¿Y por qué? Porque apostó por el todo o nada (o César o nada), porque pecó de soberbia, porque se rebeló contra su dios para ser "infinitamente feliz" y fue vencido. Atlas es la versión mitológica del demonio, de Lucifer, que se enfrentó a Dios después de soltarle a la cara "Non serviam", 'no te serviré', y en la lucha fue derrotado y desterrado del Paraíso.

La música de Schubert expresa perfectamente el sufrimiento de Atlas. A ella dedicaré la entrada de mañana. Lean el poema de Heine y escuchen el lied (es una versión con fallos y toses, pero es de lo mejorcito que he encontrado en una búsqueda rápida por la red).



Der Atlas. Heinrich Heine

Ich unglückselger Atlas! Eine Welt,
Die ganze Welt der Schmerzen muss ich tragen.
Ich trage Unerträgliches, und brechen
Will mir das Herz im Leibe.

Du stolzes Herz, du hast es ja gewollt!
Du wolltest glücklich sein, unendlich glücklich,
Oder unendlich elend, stolzes Herz,
Und jetzo bist du elend!

El Atlante. Heinrich Heine.

¡Yo, miserable Atlante!, un mundo,
todo un mundo de sufrimientos tengo que soportar.
Soporto lo insoportable, y romperse quiere el corazón en mi cuerpo.

¡Tú, orgulloso corazón, tú lo has querido!
Tú querías ser feliz, infinitamente feliz,
O infinitamente desdichado, orgulloso corazón,
¡y ahora eres desdichado!

(Traducción de Ángel Carrascosa Almazán)


miércoles, 12 de septiembre de 2007

Los costureros chinos


Harta de que su marido, a quien los oráculos habían anunciado que uno de sus vástagos lo destronaría, devorara a todos sus hijos, Rea le dio a comer a Cronos una piedra envuelta en mantillas (que no descubrió, el muy tonto) y escondió a Zeus en la isla de Creta, donde se crio fuerte y lozano gracias a los cuidados de la cabra Amaltea. Zeus acabó destronando a su padre y se convirtió en un alto cargo de los cielos: el dios de los dioses.

Algo parecido le ocurrió a Edipo. El oráculo de Delfos predijo a Layo, su padre, que su hijo lo mataría y se casaría con su mujer, es decir, con su propia madre. Para evitar lo inevitable (los griegos no querían enterarse de que los oráculos eran infalibles), Layo mandó matar a Edipo, pero el encargado de cometer tal infamia se apiadó del recién nacido y lo abandonó en medio del bosque. Edipo fue rescatado por un pastor y adoptado por la reina de Corinto, y cuando creció mató a su padre y se casó con su madre, aunque los tres desconócían la verdadera identidad de cada uno y, por tanto, el parentesco que los unía tan estrechamente.

Ayer El País publicó la noticia de una joven china a la que van a operar en un hospital de Yunnan porque le han detectado cerca de 30 agujas repartidas por todo el cuerpo. En los primeros días de su vida, sus abuelos se las fueron clavando furtivamente para provocarle la muerte. Como tantos otros chinos, no podían soportar la idea de que el único hijo de uno de los suyos no fuera un hombre.

Rodeados de tantas comodidades en nuestro mundo desarrollado, nos es imposible comprender dramas que día tras día tienen lugar en tantas partes de la Tierra. Nos es imposible concebir siquiera la existencia de historias como ésta, extraños intereses que llevan a unas personas a querer acabar con la vida de su nieta recién nacida; un ser indefenso al que por ley natural deberían defender hasta la muerte.

Cuando supo que sus abuelos habían intentado matarla al poco de su nacimiento, el cuerpo de Luo Chaifen tuvo que sufrir una sacudida espantosa, un escalofrío feroz, un estremecimiento salvaje que se repetirá eternamente como las réplicas de un terremoto. Igual que Edipo, o que Zeus. Sólo que la vida de Luo Chaifen no es una historia mitológica, ni un cuento de hadas.


martes, 11 de septiembre de 2007

Logroño


Estamos tan acostumbrados a ver los atentados terroristas en los telediarios, en la prensa, que me resulta extrañísimo haber estado a menos de cien metros de un coche-bomba. Fue este domingo, en Logroño, mientras Adela y yo tomábamos unos vinos (Adela, unas botellitas de agua) y unas tapas entre la calle San Agustín y la calle Laurel, un hormiguero bullicioso en el que toda la ciudad se junta para degustar las delicias de la tierra, que son muchas, aunque la más celebrada sea el vino. Entramos en un bar nuevo que sirve pequeños y exquisitos bocadillos de huevos rotos con patatas acompañados por casi cualquier cosa, y acabamos en el Pata Negra tomando un completo (jamón serrano, tomate y queso), fijo de plantilla en mis incursiones logroñesas. Sobre las once, más o menos a la hora en la que un hombre que decía hablar en nombre de ETA llamó al Gara, Adela y yo entrábamos ya en el Carlton, un precioso hotel con dos pianos antiguos y una terraza con magníficas vistas sobre ese bosque de farolas papirofléxicas que es la nueva Gran Vía.

Afortunadamente, la bomba falló. Los terroristas son cada día más torpes y conocen menos su degradante trabajo. Por nuestro bien espero que su productividad no alcance grandes cotas, y seguramente sea así, porque les falla la formación. Me los imagino fabricando la bomba y me viene directamente al cerebro el matrimonio mayor del anuncio de Telefónica que pretende armar un mueble de Ikea sin el menor éxito:
Instrucciones:
- Coloque en la olla Ozaiorak los explosivos Etxurdin.
- Inserte el cable Iskorako en el detonador Patxaranoak, etc., etc.

Esas instrucciones son demasiado difíciles para los terroristas, víctimas de un sistema educativo (el del PNV y EA) cuyos libros de historia deberían advertir al comienzo, como algunas películas, de que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Aunque, ahora que lo pienso, quizá los esté juzgando con demasiada dureza. Tal vez lo único que pretendían (angelitos...) era celebrar con fuegos artificiales que Adela iba a realizar al día siguiente su último examen de Musicología. Un detallazo.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Remake versus refundición


Ayer escribía Marta Rivera de la Cruz en su magnífico blog que estaba a punto de estrenarse una película que no es sino un remake hollywoodiense de la alemana Deliciosa Martha.
Durante el Siglo de Oro y, especialmente en el siglo XVIII, los escritores de teatro españoles se basaban en obras anteriores y las daban a las tablas. Por ejemplo, El alcalde de Zalamea de Calderón es un remake de otro Alcalde de Zalamea escrito por Lope de Vega unos años antes. El gran éxito del teatro (de la Comedia Nacional), la profusión de escritores y la capacidad de escritura de algunos de ellos (con Lope a la cabeza, por supuesto) provocaron que pronto hubiera que recurrir a argumentos ya tratados por otros dramaturgos, en muchas ocasiones tomando partes del texto. Esa obra recibía el (a mi modo de ver) precioso nombre de refundición, que es el equivalente del actual remake (rehacer-refundir), con la ventaja de que a aquél no hay que adaptarlo ni a la fonética ni a la escritura del castellano.
En tercero de carrera, Irene Vallejo, a la que Pedro Ojeda recordará perfectamente, nos obligó a leer una refundición dieciochesca de El burlador de Sevilla firmada por Antonio de Zamora. Se titulaba No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague o El convidado de piedra, y no tengo la menor duda de que el título era lo mejor de un horrible drama de deslavazada y torpe escritura en el que primaba el aparato sobrenatural, es decir, los efectos especiales (nada nuevo bajo el sol), sobre los demás elementos teatrales, especialmente los literarios. Cuando lo leí, me pregunté sorprendido cómo era posible que hubiera tanta diferencia de calidad entre el original y la refundición, dado que ésta se había basado en la versión primigenia; pero luego encontré ejemplos actuales que me sacaron de mi asombro. Por ejemplo, Abre los ojos frente a Vanilla Sky. Esperemos que la refundición de Deliciosa Martha corra mejor suerte.

sábado, 8 de septiembre de 2007

La especie kamikaze



La pareja de osos panda gigantes ha aterrizado en Madrid después de 35 horas de interminable viaje, como cuenta hoy El País. El objetivo del regalo, aparte del detalle de los gobernantes chinos a la Reina de España, es procurar que la especie no termine extinguiéndose en breve, pese a que el optimismo en este caso es difícil por diversos motivos. El culpable principal de todo este embrollo, de la posible desaparición del oso panda gigante y de tantos otros animales, es, por supuesto, el hombre. A los osos panda gigante, el ser humano les está reduciendo a marchas forzadas su hábitat natural: los bosques de bambú. Pero es que hay animales que colaboran muy poco en su propia supervivencia.

En primer lugar, no ayuda mucho su dieta, basada exclusivamente en el bambú. Los osos panda podrían haber aprendido de sus primos los osos pardo, que, como hemos estudiado todos y cada uno de nosotros en el cole, son omnívoros, es decir, comen omnis, pero no: se comen 14 kg. de bambú por barba y día (los fenómenos tardan nada más y nada menos que doce horitas en zampárselos). La profesora Roselló les aconsejaría que enriquecieran más su dieta (donde esté la dieta mediterránea...), pues tanta monotonía no puede traer más que enfermedades. Lo peor de todo no es que su dieta sea monocroma, sino que, pudiendo comer tomate o lechuga, incluso pino piñonero, los tíos se pirran por el bambú, un árbol que no se caracteriza precisamente por conocer mucho mundo. Y en eso la comida es clavadita a su comensal preferido.

Aparte de fallar en la dieta, el oso panda gigante falla en el otro aspecto fundamental de la vida, citado ya en el siglo XIV por el Arcipreste de Hita:

Aristotiles dixo, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera era,
por aver mantenencia, la segunda era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.
Si lo deziés de mio, serie de culpar,
dizlo grand filosofo, non so yo de reptar.


Evidentemente no lo dijo Aristóteles, que yo sepa, pero en la Edad Media la cita de autoridad era la mejor manera de colarle al personal cualquier cosa sin que los demás osaran rebatirla.
Imagínense que el ser humano es como el oso panda, a saber: sólo come bambú y las hembras entran en celo una vez al año y dos escasos días. Sólo faltaría que esos dos días tuvieran la regla o les doliera la cabeza o que, por el contrario, fuera la final de Supermodelos, Gran Hermano, La isla de los famosos o del Mundial (un Brasil-España, por ejemplo). Por ese camino iríamos derechitos a la extinción total.

La osa panda gigante tiene dos misérrimos días de celo al año, y el oso panda, con un poco de suerte, está ahí al lado (como un novato, como un gilipollas) y ni se entera. Según la cuidadora del zoo de Madrid, el personal tiene que estar muy atento al momento de celo de la hembra para animar a la pareja a entrar en acción. Será que el oso macho está enfrascado en el mundial de mus sin amarracos.

Atando cabos, a mí me da que el oso panda es un suicida, el oso panda como especie; que se ha cansado de comerse bosques de bambú, que tienen pinta de ser totalmente insípidos, y de estar esperando los dos días al año de celo de la hembra para disfrutar del sexo y a veces enterarse (como un novato, como un gilipollas) dos meses después de que hayan pasado por delante de sus atrofiadas narices.

¿Merece la pena vivir una vida tan dura? Quizá la extinción sea la tierra prometida de los osos panda.

viernes, 7 de septiembre de 2007

El club de la comedia presents... a... George W. Bush


El hombre más poderoso del mundo ha vuelto a meter la pata, lo cual no deja de entrar en la normalidad más absoluta. Disfrute de las nuevas ocurrencias de Mr.Bush, al mejor estilo del Club de la Comedia, en este enlace de El País y recuerde las mejores en una fantástica recopilación que puede encontrarse en Las palabras del agua: Aforismo presidenciales y un epílogo.

Gracias, señor Bush, por los inolvidables momentos que nos hace pasar...

El aguijón en el vocablo by Pablo A. Fdez. Magdaleno


Ya era hora de que se me viese el plumero y por algún lado se notase que soy profesor de lengua, porque hasta ahora de la lengua me había ocupado hace bastante tiempo en una entrada que más bien parecía un episodio del famoso y nunca suficientemente llorado ¿Quién sabe dónde?, presentado por Paco Lobatón. Removí entonces cielo y tierra para dar con algún cuyo que llevarme a la palabra, es decir, a la boca, pero lamentablemente lo encontré desterrado o enterrado, valga la paradoja, por la falta de interés que los periodistas muestran por su propio idioma.

En este caso no es una desaparición lo que me "preocupa", sino un cambio. Acostumbrado durante siglos a que la pertenencia, dentro de la cual podríamos incluir la autoría, se marcaba con la preposición de, el castellano no acaba de amoldarse bien a ese por anglicista que por obra y gracia de las traducciones literales triunfa y machaca en todas partes al pobrecillo de autóctono, como un vulgar cangrejo americano que arrincona, margina y extermina al encantadoramente torpe cangrejo de río de toda la vida.
No es el caso de la preposición de, cuyas funciones son tan vastas que su subsistencia está fuera de todo peligro. Podría decirse que es precisamente su gran éxito el que ha provocado la aparición de por. Pongamos por caso: si nosotros escribimos La casa verde de Vargas Llosa, y no escribimos el título en cursiva, no sabemos si Vargas Llosa se ha comprado una casa verde en Perú o es que escribió en su día una novela con ese nombre. Así, es mucho más discriminatorio (en el buen sentido del término) escribir La casa verde por Vargas Llosa, y aún más si el autor es completamente desconocido o conocido por la "minoría de siempre" (se dice "Metáforas con dedos fríos" por Luis García Montero, pero ¿aceptarían acaso que en la portada de una edición del Quijote apareciera bajo el título "por Miguel de Cervantes"?

Yo, que en mi adolescencia leí los magníficos cómics de Anacleto, hechos by Vázquez, jamás imaginé que by, oportunamente calcado al español, iba a convertirse en una construcción tan extendida (fundamentalmente en los artículos, como puntualiza mi hermano Diego), en especial porque a mis pobres oídos, qué quieren que les diga (otro purista más, objetarán algunos) les sigue rechinando como el primer día.


jueves, 6 de septiembre de 2007

Fallece Luciano Pavarotti


Ha muerto hoy Luciano Pavarotti a los 71 años en Módena, su ciudad natal. Pavarotti fue uno de los principales artífices de la gran popularidad de que gozó la ópera en los años '90, gracias a actos como los de los mundiales de fútbol en Italia y EEUU. En esos años y en un lugar tan poco dado a la ópera como España, la gente discutía en la calle quién era el mejor de los tres tenores, salvo que apareciera alguno que apoyara al cuarto en discordia, que no era otro que el gran Alfredo Kraus.

La expansión de la ópera llegó a tanto que un disco de Pavarotti logró encabezar las listas de éxitos por encima de las habituales estrellas del rock-pop. El Tutto Pavarotti, una magnífica recopilación de arias con alguna canción, consiguió tal fama que en España muchas personas que compraron el disco pensaron que el cantante se llamaba Tutto, e incluso algunos le otorgaron el curioso nombre completo de Tutto Paparochi.

En aquellas discusiones sobre la primacía del tenorazgo, yo siempre lo defendí frente a mi padre, Félix Novo o Manolo Asensio, que preferían a Plácido Domingo, porque ningún otro cantante de ópera tenía en su voz la frescura, la naturalidad, la expresividad y la belleza que transmitía la voz del gran Luciano. Descanse en paz.
Luciano Pavarotti de Diego Fernández Magdaleno

Lea la noticia en:
El Mundo El País

miércoles, 5 de septiembre de 2007

A ponte do pasatempo


Siempre me ha encantado esta foto que hicimos Adela o yo (ya no recuerdo) en Mondoñedo hace cinco o seis años. El precioso lugar esconde una terrible historia que más tarde daría nombre al puente que aparece en la imagen, el ponte do pasatempo, bajo el cual serpentea ruidosamente el río Valiñadares.
A finales del siglo XV, en 1483, varios nobles que luchaban contra los Reyes Católicos fueron apresados y condenados a ejecución pública en la ciudad episcopal de Mondoñedo. La mujer del principal de aquellos nobles, el Mariscal Pero Pardo de Cela, aprovechó su parentesco con la reina Isabel para visitarla con premura y arrancarle el compromiso de indultar a los presos.
Con los indultos en la mano, Isabel de Castro, la esposa de Pardo de Cela, inició un frenético retorno a Galicia, sabedora de que el tiempo corría en su contra. A la entrada de Mondoñedo, a la altura del puente sobre el Valiñadares, la esperaban varios esbirros del Obispo de la diócesis encargados de mantenerla entretenida el tiempo imprescindible para que el verdugo ejecutara la pena.
Cuando Isabel de Castro entró en Mondoñedo, sólo pudo llorar la muerte de su decapitado esposo. Quizá el indulto le sirviera para enjugar sus lágrimas.

martes, 4 de septiembre de 2007

El controvertido concepto de la capacidad adquisitiva.


No pensaba volver a hablar de economía, ya que no es ni de lejos mi tema preferido, ni en el que estoy más versado, pero los comentarios a la entrada de ayer sobre macro y microeconomía de Pedro Ojeda y de mi hermano Diego (que me honran con sus intervenciones) me han recordado las peculiares ideas de dos destacados miembros del gobierno sobre la capacidad adquisitiva de los españoles.

El principal efecto negativo de la inflación es evidentemente la pérdida de poder adquisitivo. Pero para Jesús Caldera no existe el problema de los mileuristas, ya que una pareja de mileuristas se convierte automáticamente en un dosmileurista (que, como recalcó el ministro, consigue más de 300.000 pelas al mes). ¿Y los integrantes de la población antiguamente conocidos con el nombre de solteros? ¿Tendrán que juntarse dos de ellos para poder optar a los dos mil euros? ¿Y si en la pareja no trabajan los dos?

Dice por su parte Pedro Solbes que la capacidad adquisitiva de una familia de tres miembros aumenta si la hija se pone a trabajar aunque el sueldo de sus padres no ascienda al ritmo del IPC. Absolutamente cierto, pero a costa de un sustancial aumento de la carga de trabajo de la familia, lo mismo que ocurría con el ejemplo que proponía Jesús Caldera. Es como si en una empresa el jefe anunciara que paga a sus trabajadores diez euros más de sueldo a cambio de trabajar sesenta horas semanales. Yo preferiría cobrar lo mismo y trabajar cuarenta.

Lo más paradójico (y triste) de todo esto es que, mientras se bendice la contención salarial, las empresas, gracias entre otras cosas a la mismísima inflación, siguen batiendo sus récords de beneficios... Ver para creer...

lunes, 3 de septiembre de 2007

El despotismo del IPC: todo por los precios, pero sin los precios.



Desde hace unos años, en Hollywood se echan en falta guiones originales realmente originales. Los guiones del cine español tampoco lo son, pero eso no es porque el guionista sea el peor valorado de los integrantes del enjambre de autores que reúne cualquier película. El problema reside en que los españoles con más inventiva están contratados por el Ministerio de Economía. Pedro Solbes y Rodrigo Rato los mantienen trabajando día y noche, en un lugar lóbrego y húmedo, imaginando cómo cuadrar los datos de la inflación para que se adecuen a los niveles del resto de la Unión Europea.

Y los tíos son buenos, muy buenos, que diría ese gran comunicador (¿qué coño significará esa palabrita?) que es Carlos Sobera. Sólo verdaderos magos de la publicidad y de la economía serían capaces de hacernos creer que la inflación interanual está en torno al 2%. Este trabajo, no obstante, está a la altura de otros elaborados en anteriores años. Recordemos que desde el año 2002, y, pese al alza general de los precios de productos de primera necesidad, el IPC oficial de este país no ha superado nunca el 4%. Frente a estos datos, La guerra de las galaxias parece una obra realista. Es más verosímil el anuncio de la Primitiva de Pancho (hay otros perritos millonarios, como Trouble) que el dato del IPC que dan los sucesivos gobiernos.

Este año, con las inminentes subidas de leche, pan y otros productos, los creativos del Ministerio lo van a tener aún más complicado; pero no se preocupen: el IPC de 2007 no subirá por encima del 3 %. ¿Los precios? Eso ya será otra cosa.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Nada menos que todo un año

Hoy mi sobrino (y, sin embargo, tocayo) Pablo (los Pablo Andrés dominaremos la tierra) ha cumplido nada menos que un año. Adela y yo apenas hemos podido catar la fiesta porque Pere Navarro nos ha invitado a la operación retorno de vacaciones y no hemos sabido cómo decirle que no. Esta mañana hemos felicitado a Pablo y, acto seguido, nos hemos dado un atracón de coche sólo a la altura de Carlos Sainz: siete horas y media. Una hora más y hubiera sido un trayecto felliniano.
Pero, a lo que vamos: hoy es el cumpleaños de mi sobrino y, aunque me duelen todos los huesos y el cansancio provoca que vea la pantalla del ordenador a través de los ojos de Rompetechos (es decir, tan borrosa como las fotos que saca alguna máquina en proceso de jubilación), no queremos que termine el día sin que reciba dos enormes felicitaciones cibernéticas desde la calurosa y blanca Palma del Río.



¿Seguís pensando que un año no significa mucho en la vida de un hombre?

"Para Pablo", poema de Álvaro Fernández Magdaleno.

Pablo cumple un año de Diego Fernández Magdaleno.