miércoles, 15 de agosto de 2007

El asno de oro y la novela picaresca



Entre las obras que influyeron notablemente en la configuración de la novela picaresca de los siglos XVI y XVII, que fue a su vez el primer paso hacia la creación de la novela moderna, se encuentra El asno de oro de Apuleyo, una obra del siglo II de nuestra era muy leída por los círculos erasmistas españoles de la primera mitad del siglo XVI, con los que precisamente se vincula al anónimo autor del Lazarillo.


La obra cuenta la historia de Lucio, que, por un exceso de curiosidad, se transforma en burro y experimenta como animal diferentes aventuras, aunque en muchas de ellas actúa exclusivamente como testigo. De la picaresca española le separa el gusto de Apuleyo por la fantasía y la magia, por la que fue juzgado por sus contemporáneos. La picaresca muestra en cierta medida la realidad de su tiempo y ni la metamorfosis de Lucio ni la aparición de dioses y elementos mágicos parecen muy realistas. Sin embargo, pese a esta importante diferencia, las semejanzas entre El asno de oro y la novela picaresca saltan a la vista, desde la autobiografía (¿ficticia?: recordemos que muchos creen que Apuleyo se llamaba Lucio por el personaje de su novela) hasta la sucesión de amos.


Pese a todo el aparato sobrenatural, Apuleyo intenta que su novela sea verosímil, al menos en cuanto al perspectivismo del narrador. En varias ocasiones Lucio explica cómo conoce detalles de algunas historias en las que no está presente. Es algo que ocurre también en el Lazarillo cuando Lázaro recibe el garrotazo del avaro clérigo de Maqueda y queda sin sentido durante tres días. Lázaro comenta entonces que sus conocimientos sobre lo ocurrido en esos días procede de sus conversaciones con otros personajes. Existen otras similitudes, pero no parece éste el lugar indicado para explayarme en ellas.
El asno de oro es un texto interesantísimo que nos remonta a los orígenes de la novela y nos revela que su creación obedece al gusto del ser humano por contar (y escuchar) las más increíbles historias.