domingo, 30 de septiembre de 2007

Brahms en El corte inglés


En el mundo de la música pop, rock y de otras tendencias que se engloban bajo el curioso epígrafe de música popular urbana se realizan habitualmente versiones de obras adscritas a la música clásica. La música del anuncio de la temporada de otoño de El Corte Inglés (no sólo la primavera llega a nuestros grandes almacenes) es una canción de Jane Birkin (cuya faceta musical conozco hoy) basada en el célebre tercer movimiento de la Tercera Sinfonía de Brahms. En el anuncio, la bellísima modelo brasileña, Leticia Birkheuer, se dedica a abrir puertas mágicas que conducen a alejados lugares y distantes épocas, lo que da pie a enseñar variados modelitos que sin duda "se llevarán" (magnífica expresión) durante esta temporada.

La melodía triste, melancólica y resignada, más bella aún que la mujer que se balancea entre setos resplandorianos con elegancia de estrella, se aviene perfectamente al espíritu nostálgico del otoño. Jane Birkin la despoja de su grandeza y de gran parte de su carga lírica, lo cual, después de todo, quizá se adecue mejor a la vida frívola y desenfadada de compras vespertinas y fiestas nocturnas que lleva la protagonista. Además de en ésta, La melodía del Poco allegretto se puede oír en otras versiones, como la del guitarrista hispanoamericano Carlos Santana en un disco al que su autor tituló (con una originalidad digna del más trangresor vanguardismo) Love of my life.

¿Qué pensaría Johannes Brahms de estas recreaciones de su obra? Teniendo en cuenta que el respeto extremo que sentía por el género sinfónico (tras las nueve sinfonías de Beethoven) provocó que se demorara en la composición de su primera sinfonía durante veinte años, creo que no aprobaría las apropiaciones de Santana y de Birkin. Por si esto fuera poco, el espíritu que se respira en el anuncio de El Corte Inglés está muy alejado del carácter introvertido, casi huraño del compositor alemán. No me lo imagino con su larga barba de Zeus, ya mayor, en la planta de moda caballero buscando talla desesperadamente para tener algo que llevarse a su rechoncha figura. Eso se parecería demasiado a un sacrilegio.

8 comentarios:

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Se ha perdido la vergüenza.

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

Lo mismo digo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Hay demasiados apropiadores de los logros ajenos. Perdón, que ahora ya no se dice apropiador, sino "intertextualizador".
Qué falta de ideas ajenas y cuántas ganas de hacer caja a costa de los muertos.
Bueno, con la Birkheuer tienen "un punto de contrición", como el Don Juan de Zorrilla...

Marian dijo...

Pues no hay mal que por bien no venga, y así he conocido tu blog... Un saludo.

Kt. dijo...

Para emitir opinión me fui a cada uno de los enlaces porque desconocía con precisión el tema.
Ahora solo puedo decir que de gente que quiera estropear las cosas hermosas de la vida y robarse los méritos de otros, esta lleno este mundo.
Después de oir la Tercera sinfonía de Brahms y de deleitarme con la pureza que de por sí caracteriza la música clasica, no puede más que sentir chillidos al ver oír la canción de Janes Birkin! y te digo que me encanta Santana pero aquí si que la embarrado a en forma y yo me pregunto ¿Que nadie le discute el derecho de autor? o ¿Es que se lo han vendido? porque ese sería el gran culpable de esta gran metedura de pata.

Besos y aunque no me leído tu blog sino más que esta entrada, me gustó.

Kt. dijo...

Me regresé para decirte que me descargué la tercera sinfonía de Brahms, es irresistible oírla y no tenerlas en mi biblioteca jajaja!

Besos y buenas noches para mí, casi días para ti.

No.me.pises.que.llevo.chanclas. dijo...

Qué fuerte... y qué preciosas son las Sinfonías de Brahms!!incluso la primera, aunque los críticos de la época la catalogaran como "la décima".
un bsazooooooo!

José Ángel Gaviero dijo...

Pronto oiremos a Brahms y a Beethoven con chunda-chunda de fondo..