lunes, 3 de septiembre de 2007

El despotismo del IPC: todo por los precios, pero sin los precios.



Desde hace unos años, en Hollywood se echan en falta guiones originales realmente originales. Los guiones del cine español tampoco lo son, pero eso no es porque el guionista sea el peor valorado de los integrantes del enjambre de autores que reúne cualquier película. El problema reside en que los españoles con más inventiva están contratados por el Ministerio de Economía. Pedro Solbes y Rodrigo Rato los mantienen trabajando día y noche, en un lugar lóbrego y húmedo, imaginando cómo cuadrar los datos de la inflación para que se adecuen a los niveles del resto de la Unión Europea.

Y los tíos son buenos, muy buenos, que diría ese gran comunicador (¿qué coño significará esa palabrita?) que es Carlos Sobera. Sólo verdaderos magos de la publicidad y de la economía serían capaces de hacernos creer que la inflación interanual está en torno al 2%. Este trabajo, no obstante, está a la altura de otros elaborados en anteriores años. Recordemos que desde el año 2002, y, pese al alza general de los precios de productos de primera necesidad, el IPC oficial de este país no ha superado nunca el 4%. Frente a estos datos, La guerra de las galaxias parece una obra realista. Es más verosímil el anuncio de la Primitiva de Pancho (hay otros perritos millonarios, como Trouble) que el dato del IPC que dan los sucesivos gobiernos.

Este año, con las inminentes subidas de leche, pan y otros productos, los creativos del Ministerio lo van a tener aún más complicado; pero no se preocupen: el IPC de 2007 no subirá por encima del 3 %. ¿Los precios? Eso ya será otra cosa.

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Acertad entrada. Y se te olvida: encima se alegran, queriéndonos tranquilizar diciendo que, a pesar de que los datos del consumo familiar van hacia abajo, la macroeconomía española crece... y todos felices.

Diego Fernández Magdaleno dijo...

El IPC y el resto de los datos y de las estadísticas sirven para todo. Como dice Pedro (Ojeda, no Solbes) pueden ser opuestos los parámetros de la macro y la microeconomía y todos tan contentos.
Besos,
Diego

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

Nos tratan como a novatos.
Un beso.
Álvaro