lunes, 19 de noviembre de 2007

Nostalgias de El Mundo

La noticia que el sábado encabezaba la portada del diario El Mundo traía a la memoria la época dorada del periódico, los años que lo situaron en primera línea del periodismo, el tiempo en el que las investigaciones que abrían (a cuentagotas, por cómodos fascículos) el periódico eran posteriormente refrendadas por los tribunales.

Yo, en plena adolescencia, leía las informaciones sobre los GAL, Roldán, Filesa y tantos otros escándalos que acabaron hundiendo el felipismo, en la tienda, como la llamábamos nosotros, a secas. En ella pasamos Diego, Alicia y yo (Álvaro se libró por ser muy pequeño) larguísimas horas. Por su naturaleza, pocos clientes aparecían por allí y nuestra labor con ellos consistía exclusivamente en correr con la mayor velocidad a nuestro alcance hasta casa y llamar a nuestra madre para que a la mayor brevedad bajara y atendiera al cliente.

Pocas veces las horas se demoraban tanto en su transcurrir como en la tienda. Y eso que disfrazábamos el aburrimiento o, directamente, lo matábamos, a base de amigos, cartas, libros, música y, por supuesto, el periódico; a ese tedio, sin embargo, le debo gran parte de mis lecturas de entonces, pues a diario bajaba a la tienda pertrechado con un libro de poemas y una novela. Mi fidelidad a la literatura acababa en el momento exacto en el que, por fortuna, regresaba mi padre del taller. En cuanto adivinaba su figura, agarraba répidamente mis libros y dejaba a mi padre hablando con Felipe o jugando una de las múltiples variedades de solitario que conocía.

El sábado por la mañana leí la noticia sobre Vera, Amedo y Domínguez y, por un momento, me vi transportado a un tiempo ya caduco y a una tienda que, tal como la vivimos nosotros, ya no existe.

10 comentarios:

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Ha pasado mucha agua bajo el puente.

Pablo A. Fernández Magdaleno dijo...

Efectivamente, querido Sam

...flor deshilvanada dijo...

No sé por que se me hizo un nudo en la garganta... a mi también me dió nostalgia leerte...

Ese tipo de recuerdos me enternece...

Saluditos Pablo!

Dulce dijo...

Que nostalgia para el Lunes. Recordar, también es vivir, entoces para te quedares mas animado, passa en mi blogue, tiengo un cariño para ti.

Buena Semana
Besos

Fibonacci States dijo...

El otoño tiene estas cosas, que uno pega saltitos sin querer hacia atrás...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

De puntillas entro en la penumbra de esa tienda. Aquellas noticias derrumbaron ese periódico por una vertiente cuya pendiente se ve ahora. Tengo mi opinión, pero me la callo hoy ante la belleza de tu texto.

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

Yo tuve suerte.
Un beso

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Las viejas pesadillas ya pasaron...lo que me sorprende es que todavía la justicia sea tan injusta y tan lenta....a mi me ocurría igual...aunque yo recuerdo con cariño cuando salió el Sol...yo lo compraba no por él...sino`por unos libritos que regalaba diariamente.....era literatura buena pero en formato barato para que un estudiante como yo pudiese comprarla....un abrazo

Anónimo dijo...

"El Mundo" no ceja en su empeño en sacar la verdad. ES un diario que siempre se ha caracterizado por ello. Bonitos recuerdos.

un abrazo.

Benita Pérez-Pardo dijo...

El períodico acompañaba a la merienda en aquellos tiempos...
La verdad es que ya en papel lo leo poco.

Pasar las hojas tiene su encanto.

Hasta aquí ha llegado la nostalgia de la tienda.
Un saludo