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martes, 23 de noviembre de 2010

Diego Fernández Magdaleno, Premio Nacional de Música 2010

Hace tiempo (mucho tiempo) que no escribo en el blog, pero creo que la ocasión lo merece. Mi hermano Diego ha sido galardonado con el Premio Nacional de Música 2010, que otorga el Ministerio de Cultura, por "su excelencia como pianista, su constante labor de promoción de la música española, en especial la contemporánea, en su amplitud y diversidad estética".
Enhorabuena.

sábado, 7 de junio de 2008

De August Berns y de otros saqueadores


Ayer hablaba de la apropiación indebida de estrenos absolutos de que se quejaba mi hermano Diego, la víctima de la estafa, en su blog, y hoy publica El País una noticia que viene que ni pintada para el caso.

Informa El País de que un tal August Berns, alemán por más señas, saqueó la ciudadela del Machu Picchu, en Perú, algunas décadas antes de que llegara a ella su supuesto descubridor, el estadouniudense Hiram Bingham. La noticia se basa en una investigación de otro norteamericano, Paolo Greer, pero algo más abajo, en una parte con fondo azulado, una historiadora peruana afirma haber publicado un libro hace cinco años en el que aparecía la misma información sobre Augusto Berns que da Greer, al que, según la versión de Mariana Mould de Pease, peruana pese a sus apellidos, proporcionó algunos mapas en los que se basa el hallazgo. Mould de Pease, que se queja de la falta de difusión de su trabajo por ser peruana, algo que ocurre con mucha frecuencia con los españoles en nuestro país, acusa a Greer de sufrir el "síndrome del descubridor", enfermedad que ignoraba y que no hace sino corroborar la actualidad de la entrada que escribí hace unos meses sobre el síndrome del siglo XXI, que no es otro que el de sufrir los más variados síndromes. No obstante, en este caso, la acuñación del síndrome se justifica sobradamente por la frecuencia con la que se produce, en especial en ciertos ámbitos como el artístico (los segundos estrenos de obras para piano de Tomás Marco y otros) y en sectores como el de la investigación, al que pertenece Paolo Greer.

¿Qué hubiera sido de Colón si no hubiera logrado el Descubrimiento por antonomasia de la historia universal? Lo mismo ocurre con el resto de los seres humanos que justifican su valía profesional encontrando cosas nuevas. El problema comienza cuando a algunos no les importa tomar hallazgos de los demás y apropiarse de ellos.
Lo peor de todo (para Mould de Pease) es que el periodista que ha escrito la noticia, contando al menos con la duda de que el dato principal de la investigación pudiera haber sido tomado de un trabajo anterior, subtitule el artículo así: "El buscador de oro alemán Augusto Berns localizó el yacimiento en 1867, adelantándose a la llegada del estadounidense Hiram Bingham en 1911, según una investigación reciente." ¿Eso qué es? ¿Humor inteligente?

viernes, 6 de junio de 2008

Estrenos estrenados


El Parador de Ávila es un palacio del siglo XVI (el Palacio de Piedras Albas) que hace medianería con la universal muralla que defendía a la ciudad de sus enemigos. Desde fuera parece un castillo de juguete. Adela y yo pasamos unos días este verano en Ávila, en el Parador. Cuando pedimos la cuenta, observé un extraño apartado entre los conceptos que se detallaban en la factura. No era mucho dinero, unos dos euros, pero me dio por preguntarle al recepcionista de dónde procedía ese gasto. El hombre, un señor mayor de pelo cano y adusto gesto que llevaba impecable su traje-uniforme, miró la cuenta y me dijo que ese cargo era de la cafetería del hotel. Difícilmente podía ser un cargo mío, dado que no habíamos tomado nada en el bar, pero no dije nada mientras el recepcionista rebuscaba entre un montón de papeles y sacaba los referidos a nuestra habitación.
- ¿Ve? Aquí lo tiene. Ha tomado usted una tónica.
- No he tomado una tónica en mi vida - le dije, salvo mezclada con ginebra, debí haber añadido en honor a la verdad, pero no agregué nada.
El recepcionista me enseñó el cargo firmado por el cliente, que en principio debíamos ser Adela o yo. La firma se parecía a las nuestras igual que un camaleón a Winnie the Pooh, así que el hombre procedió cortésmente a modificar la factura.
- Se habrá equivocado de habitación -dije yo por dar conversación más que por un interés especial en hablar del asunto.
El recepcionista del Parador se dio la vuelta con rostro serio y un gesto de asombro ante mi ingenuidad. Negó con la cabeza.
- ¿Lo hacen adrede?
- Se sorprendería usted -me trataba de usted aunque me sacaba unos treinta años- de lo que hace la gente.
Mi hermano Diego ha descubierto (y ya van varias veces) que en la programación de algún festival de música comtemporánea figuran como estrenos absolutos obras que él ha estrenado previamente o que va a estrenar antes de la fecha del festival.
- Se habrán equivocado de obra.
Pero después me vienen a la mente las palabras del recepcionista de Ávila:
- Se sorprendería usted de lo que hace la gente.

martes, 23 de octubre de 2007

Soledad sonora



Soledad sonora es el último disco de mi hermano Diego con obras para piano de Pedro Aizpurua, compositor vasco afincado en Valladolid desde hace muchos años y de cuya sabiduría pude aprovecharme en las clases de Formas musicales que impartía en el Conservatorio de Valladolid.

El título se basa en un verso del "Cántico espiritual" de San Juan de la Cruz, que ha inspirado a muchos escritores (Emily Dickinson, Antonio Gala o Juan Ramón Jiménez). El verso está encuadrado en una oración que dura dos estrofas (tan maravillosas como el resto del poema, obra maestra de la literatura universal) y que se refiere al Amado, o sea, a Dios, elemento no exento de significado en este caso, ya que Aizpurua es sacerdote.

Mi Amado las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos,

la noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.

(San Juan de la Cruz)

La presentación del disco es mañana a las 20:15 en Valladolid (salón de actos de Caja España en Fuente Dorada).






domingo, 30 de septiembre de 2007

Brahms en El corte inglés


En el mundo de la música pop, rock y de otras tendencias que se engloban bajo el curioso epígrafe de música popular urbana se realizan habitualmente versiones de obras adscritas a la música clásica. La música del anuncio de la temporada de otoño de El Corte Inglés (no sólo la primavera llega a nuestros grandes almacenes) es una canción de Jane Birkin (cuya faceta musical conozco hoy) basada en el célebre tercer movimiento de la Tercera Sinfonía de Brahms. En el anuncio, la bellísima modelo brasileña, Leticia Birkheuer, se dedica a abrir puertas mágicas que conducen a alejados lugares y distantes épocas, lo que da pie a enseñar variados modelitos que sin duda "se llevarán" (magnífica expresión) durante esta temporada.

La melodía triste, melancólica y resignada, más bella aún que la mujer que se balancea entre setos resplandorianos con elegancia de estrella, se aviene perfectamente al espíritu nostálgico del otoño. Jane Birkin la despoja de su grandeza y de gran parte de su carga lírica, lo cual, después de todo, quizá se adecue mejor a la vida frívola y desenfadada de compras vespertinas y fiestas nocturnas que lleva la protagonista. Además de en ésta, La melodía del Poco allegretto se puede oír en otras versiones, como la del guitarrista hispanoamericano Carlos Santana en un disco al que su autor tituló (con una originalidad digna del más trangresor vanguardismo) Love of my life.

¿Qué pensaría Johannes Brahms de estas recreaciones de su obra? Teniendo en cuenta que el respeto extremo que sentía por el género sinfónico (tras las nueve sinfonías de Beethoven) provocó que se demorara en la composición de su primera sinfonía durante veinte años, creo que no aprobaría las apropiaciones de Santana y de Birkin. Por si esto fuera poco, el espíritu que se respira en el anuncio de El Corte Inglés está muy alejado del carácter introvertido, casi huraño del compositor alemán. No me lo imagino con su larga barba de Zeus, ya mayor, en la planta de moda caballero buscando talla desesperadamente para tener algo que llevarse a su rechoncha figura. Eso se parecería demasiado a un sacrilegio.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Der Atlas (II)


Cuando Schubert decidió poner música al poema "Der Atlas" de Heine, tuvo que modificar algunas cosas, como, por ejemplo, adaptarlo a la llamada forma ternaria lied: A-B-A'. La parte A es diferente de la intermedia y, tras ésta, se repite la primera, por lo general con alguna variación. Si nos fijamos en el poema de Heine, vemos que las dos estrofas expresan sentimientos contrarios: la primera, el triste presente del castigado Atlas; la segunda, sus deseos de felicidad o de desdicha que le han conducido a ese presente. Al igual que Heine, Schubert dota de diferente carácter a las partes A y B y, como colofón, en la parte A' repite los dos primeros versos de la primera estrofa, con lo que remata la identidad, el ser que es el Atlas condenado.

Para expresar el dolor extremado del gigantesco titán, Schubert se sirve de un trémolo en la mano izquierda del piano y de una melodía que, sobre todo en el piano, llega a unas tesituras muy graves. Los intervalos de 6ª y 5ª disminuida, poco habituales, expresan con indudable maestría el desgarro que sufre el protagonista del poema.

La melodía brutal remachada con el continuo trémolo contrasta con los tresillos rítmicos y la melodía más lírica y más cantabile de B, especialmente cuando dice "o infinitamente desgraciado", que se repite, con gran dolor, pero no con un dolor salvaje de titán, sino con la sensibilidad del recuerdo de los tiempos de esperanzas.

Schubert utiliza el último verso del poema de Heine para enlazar B con A': "y ahora eres desdichado" expresa el desesperanzado presente del titán, como A y A'. Por eso la frase musical avanza con un crescendo hasta los trémolos que aparecen en el desgraciado y no desaparecerán hasta el final de la obra.

Schubert consigue crear musicalmente la misma atmósfera que Heine con su poesía. La música se mueve con los matices del texto, magníficamente recreado, y transmite al receptor el ambiente opresivo, la violencia desesperada y al mismo tiempo la sensibilidad de un ser que buscó ser totalmente feliz sin importarle que la búsqueda de la felicidad absoluta podría acarrearle la desgracia eterna. Una obra maestra.