Ayer fue el día de la verdad, el Día D y la Hora H. Mucha gente se ha tomado la huelga de transportes como el desembarco de Normandía, es decir, como una guerra, o como la amenaza de un huracán en la costa este de Florida. La consigna ha sido, por tanto, aprovisionarse, acaparar, y las gasolineras y los supermercados se han convertido en las primeras "víctimas" de las masas. En Palma del Río, el viernes había ya escasez de combustible, especialmente de gasoil o diesel, y el sábado se oía por ahí que algunos conductores se habían visto obligados a ir a Écija u otros lugares próximos en busca del oro negro, estos días más valioso que nunca, como los buscadores de oro en el oeste de los Estados Unidos.
Yo estaba un poco ajeno a la problemática reinante, pero, al salir a la calle, Adela y yo nos dimos cuenta de que era el principal tema de conversación en todas partes y que el acaparamiento de productos había comenzado antes incluso que la propia huelga, que comenzaba ayer. La gente compraba sin complejos en los supermercados y se la veía más tarde por la calle acarreando pesadas bolsas del Mercadona o del Día. En el Mercadona la situación anómala saltaba a la vista. Mucha gente aprovecha el sábado para hacer la compra semanal, pero lo de éste se salía de madre. No es sólo que todas las cajas registraran una larga cola; es que además las colas estaban formadas en su mayoría por carros repletos.
Había más mercancía en circulación que en Mercamadrid y hasta el más torpe analista de Bolsa habría comprendido que aquella era una sesión volátil. A medida que los carros se llenaban, en las estanterías se iban abriendo grandes claros, como en el Amazonas, así que todo apuntaba a que se iba a pasar la tarde de turbio en turbio. Para pintar más el cuadro, sólo faltaba que a la entrada del Mercadona hubieran puesto un empleado vendiendo kits de supervivencia para situaciones de emergencia.
La voz había corrido tanto que cuando salimos del Mercadona, pertrechados con alguna que otra bolsa (aunque llevábamos bastantes menos bolsas que la media ¿es que íbamos a ser menos que los demás?), oímos unas palabras de un señor mayor, tirando a viejo, dirigidas a nosotros: "Ahí, ahí, con las bolsas, por si no llegan los camiones".
"Este tío nos ha calado". Esa fue la única respuesta que se me ocurrió en ese momento.
15 comentarios:
A mi el coraje que me da esto es que tengamos que pagar las huelgas de todo el mundo, que no se respete el derecho a NO ir a la huelga, a que me pisoteen...en fin a mi me ha pasado algo parecido (tuve que llenar el depósito de los dos coches que hay en casa, me tengo que desplazar 20 km diariamente y esto es un caos...espro que no dure mucho)
saludos
Las fruterías estan empezando a dar pena y eso que en la tele dicen que hay provisiones en Mercabarna. Ya me lo explicarán.
A ver si se acaba rápido esto que es para empezar a preocuparse, ayer no pude ni comprar peras para la papilla del nene.
Un saludo.
pienso que estamos exagerando y que de esta exageración saldrán ganando algunos
me temo que los de siempre
La sociedad occidental es la más asustadiza del planeta.
Besos,
Diego
Estoy con Pedro y con Diego. Creo que todo es una exageración y un intento de amedrentarnos aún mas de lo que ya estamos. No hay derecho que jueguen así con nuestros sentimientos para que sigan forrándose los de siempre. No hay derecho. Besotes, M.
Estamos tan acostumbrados a tener de todo y cuando se nos antoja, soportamos tan mal las privaciones o las carencias que no nos hacemos a la idea de que lo que ha sucedido es algo que puede volver a suceder y que amenaza con nuestra inagotable capacidad de consumo. De pronto nos damos cuenta de nuestra vulnerabilidad. Somos frágiles ante cualquier tipo de riesgo, de modo que cuando ocurre nos comportamos de una manera que ni siquiera imaginábamos cuando las estanterías de los hiper y los tanques de los surtidores estaban repletos. En mi opinión, más que una huelga ha sido un chantaje, que, si os dais cuenta, no ha sucedido en ningún pais del mundo donde también el combustible está por las nubes (y eso que tenemos un euro sobrevalorado respecto al dolar, lo que amortigua el aumento del petróleo). DE pronto se ha puesto en evidencia la fortaleza y la particularidad de un sector como el del transporte por carretera que adolece de comportamientos no siempre defendibles. No quisiera extenderme en ello, y algun dia lo comentaremos, si os parece. De momento, suscribo las consideraciones que habéis hecho, todas coincidentes en un argumento rotundo: tenemos tanto que no asumimos el vernos privados ni siquiera de una mínima parte. Un cordial saludo
Morimos de carencia y de excesos.El hecho de que mucha gente estuviera presa por el pánico responde a que los medios de información siempre suelen ponerse alarmistas(cuando les interesa,claro)...y nosotros,ante tanto caos,reaccionamos de un modo casi salvaje.
Un ejemplo claro fue el de una señora de Girona que compró noventa cartones de leche por si acaso...lo peor de todo es que ahora se los tendrá que comer con papas fritas porque este producto lácteo caduca con facilidad.
Si es que...
y menos mal que ya pasó todo... hemos pasado de ser personas a ser auténticos animales...
un bsazo
tu sigues de huelga???? saludos
¡¡Dios mío!! ¿Miedo de las masas o prevención razonada?...
La de problemas que nos va a traer el dichoso petroleo.
Pablo, la huelga ya pasó... Besotes, M.
¡¡¡PABLO LA HUELGA YA ACABO HACE MAS DE UN MES!!! Besotes, M.
La huelga más larga que jamás haya existido... Besotes, M.
Yuhuuuu, ¿hay alguien aquí?
Veo que te afectó la huelga. Ahora, venga, a repostar.
Besos veraniegos y seguiré pasando a ver si hay novedad.
PABLOOOOO, y ¿solo estamos en la primera entrega de la huelga? Ay, ay, me parece que estás esperando a que llegue otra para escribir la segunda parte... ¡Se te echa de menos! Besotes, M.
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