He estado tan ocupado con las evaluaciones (que en mi instituto se han adelantado a esta semana por mor de la asistencia de los alumnos los últimos días -como si la mayoría no asistiera per se-) que entre corregir exámenes y hacer cuentas para poner las notas no me ha dado tiempo a celebrar en el mundo bloguero el cumpleaños de Diego (cumpleaño sería más exacto), que fue el domingo. Los cambios que se han operado en estos 366 días de año bisiesto quedan muy claritos si se comparan las fotos de esta entrada con la que colgué cuando nació. Diego pesa ahora tres veces más y ha ganado un 50% de estatura. Si aprovechásemos igual todos los años de nuestra vida...
Diego, pasándoselo en grande con su mesa de actividades parlanchina.
Diego, con su gorrito y su cazadora, preparado para afrontar valientemente un gélido día de invierno (perdónese el exceso de flash).