En los años 40 encarnó muchas veces al tipo duro de fondo sensible y altruista al que da vida en Casablanca. No fue el único: Edward G. Robinson o James Cagney interpretaron papeles de semejante carácter en los años 30, cuando Bogart tenía que conformarse con papeles secundarios de malo malísimo en maravillosas películas como Los violentos años 20 o El bosque petrificado. Pero el artista neoyorquino demostró su talento en otras interpretaciones fabulosas: la del inestable Dick Steele en En un lugar solitario o la del viejo borracho de La reina de África; representó con maestría la locura de un capitán de barco en El motín del Caine, la avaricia neurótico-obsesiva de un buscador de oro en la ya citada El tesoro de Sierra Madre y bordó papeles cómicos como los que interpreta en La burla del diablo o en Sabrina.
Humphrey Bogart fue uno de mis ídolos de adolescencia. Seguía con ansia la colección que compraba mi hermano Diego, veía las películas con enorme interés y leía su biografía por entregas en cuanto el fascículo aparecía por casa; incluso bautizamos a un curioso personaje de Rioseco con el nombre de Humphrey pronunciado a la castellana. Su vida me parecía tan interesante como sus películas, especialmente su oposición frontal a la caza de brujas del senador McCarthy, aunque acabara colaborando con el Comité de actividades antiamericanas, que habría declarado comunistas hasta a los lunnis.
5 comentarios:
qué pocos han sabido representar la tristeza del perdedor como él...
Siempre nos quedará Bogart
Es un personaje fascinante,cuyo carisma perdura al cabo de las décadas.Me encantó en la Reina de África.Bogart,forever.
desde luego como interprete genial, para los medios que hubo en la época...me encantaba ver sus peliculas....sublime CASABLANCA
Un abrazo
A mi, personalmente, me sigue fascinando.
Saludos
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