domingo, 7 de octubre de 2007

Dos coches en la grava


Esta mañana me he despertado pronto, de lo que paradójicamente me alegro. El madrugón me ha permitido contemplar en vivo y en directo cómo Lewis Hamilton varaba su McLaren en la grava del circuito de Shangai por un error incomprensible. Hamilton braceaba desesperadamente para que los comisarios le empujaran el coche y lo sacaran del atolladero en el que se había metido él solito (claro, la costumbre), y los comisarios efectivamente aparecieron, pero empujaron el coche sin interés y de muy mala gana. Álvaro y yo no respiramos tranquilos hasta que Hamilton no sacó el volante, porque este año la Fórmula 1 ha mostrado todo su potencial para sorprendernos. Bernie Ecclestone, el pobre, estaría revolviéndose en su butaca y llamando por el móvil al RACE chino para que sacaran a su compatriota del apuro; y no digamos Ron Dennis, que ante la adversidad braceaba con la misma angustia que su amado discípulo en su bólido.

Cuando Fernando Alonso entró segundo tras Raikkonen, no podía imaginar que un par de horas más tarde iba a presenciar una imagen semejante a la de Hamilton, aunque sin la emoción y la alegría del abandono del inglés. Sobre las once y veinte de la mañana, el Renault Laguna en el que mis hermanos Diego y Álvaro volvían a Medina de Rioseco tras unos días en Lucena (donde Diego ha dado un concierto de piano) y Palma del Río ha hecho un ligero ruido, inapreciable para Álvaro, y ha ido descendiendo de velocidad, lenta pero inexorablemente. Cuando Adela y yo fuimos a buscarlos, la imagen del coche parado en el paisaje verde de la carretera de Fuente Palmera me trajo inmediatamente a la memoria el McLaren número dos en el ínfimo trozo de grava que a Hamilton se le habrá antojado enorme, gigantesco, infinito, cuerpo celeste diminuto en medio de la vastedad sin límites del universo.

6 comentarios:

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

Ha estado bien poder ver el desastre de Hamilton aunque no sabíamos lo que nos esperaba.
Un beso chaval´
Álvaro

Anónimo dijo...

No me cae bien el señor Alonso,pero puestos a elegir entre borderiles,me quedo con él...jeje.

nerea dijo...

Bueno espero que no fuera nada lo del coche de Alvaro... no sigo las carreras, no me gustan mucho, así que no se muy bien como fue el desastre de Hamilton...

Espero que haya sido un buen finde.

Besicos!

nerea dijo...

Acabo de meterme en el blog de tu hermano Diego (era el único que me quedaba por conocer) y me he enterado que vas a ser papa ¡Felicidades!. No sé que es ser madre pero mis amigos sí lo son (empiezan a serlo todos... o ya lo son, o estan esperando o estan intentandolo...) y se les ve muy felices y bueno, comparten conmigo esa parte de su vida... ¿Niño o niña?¿Como se va a llamar?.

Besicos y felicita a la futura mama de mi parte.

Pablo A. Fernández Magdaleno dijo...

Gracias Nerea. Es niño y se va a llamar Diego, como mi padre y mi hermano, que a su vez tiene un hijo que se llama Pablo como yo. Esto va a ser un jaleo... Y el finde fue muy bien salvo por lo del coche.
Orleans, a mí tampoco me parece simpático Alonso, pero Hamilton a su manera también se las trae.
Saludos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Hola, Pablo. Veo que todo ha quedado en susto y mecánica.
¡Y felicidades!