domingo, 23 de septiembre de 2007

Arrasando tormentas


La edición andaluza del diario El mundo de ayer informaba de la pavorosa tormenta que anegó la ciudad de Almuñécar, en la costa granadina: "La inesperada tormenta que en la madrugada de ayer arrasó en la comunidad andaluza, acompañada de granizadas y más de mil rayos, provocó graves inundaciones y destrozos".

Así rezaba la noticia de la redacción sevillana del periódico. Cuando la leí, algo me resultó raro. Estoy harto de oír que arrasan en tal o cual lugar Alejandro Sanz, los cantantes de Rebelde Way, la selección española de fútbol (ah, no, la de fútbol no), etc., pero jamás pensé que una tormenta pudiera arrasar en un sitio. Las tormentas, inundaciones, incendios, el ejército de EEUU, Atila... arrasan lugares aunque sean cuando están en dicho lugar, pero no arrasan en un sitio. La diferencia de significado entre la construcción transitiva (ya saben, con complemento directo) del verbo arrasar y la intransitiva es notable. Son casi contrarios. Si uno arrasa algo es que se lo ha cargado completamente. Por ejemplo, los romanos arrasaron Cartago; el Vesubio arrasó Pompeya. El diccionario de la RAE, entre otras 6 acepciones, dice que arrasar es, en su versión transitiva, 'echar por tierra. Destruir'.

Al contrario, si uno arrasa es que ha tenido un éxito arrollador. El DRAE no recoge este significado, pero sí otros diccionarios. El diccionario virtual de SM define arrasar como 'Triunfar de forma aplastante' cuando no lleva complemento directo. Por tanto, de la lectura de la noticia de El mundo debemos colegir que la tormenta ha triunfado de forma aplastante en Andalucía, lo que en cierto modo es cierto. Sin embargo, no creo que fuera lo que el anónimo periodista quiso expresar. Salvo que sea un psicópata que goza con las catástrofes naturales o que le tenga ojeriza a Almuñécar porque hace años le dio calabazas una mujer sexitana (cuyo gentilicio resulta sugerente y prometedor en el difícil campo de los amoríos). Pese a que ésta es la hipótesis más sugestiva, me inclino a creer que el fallo se debe de nuevo a la genuina "distracción del periodista". No obstante, la culpa de todo es del idioma. ¿A quién se le ocurre que una preposición de más o de menos altere de tal forma el significado de una frase? ¿Hasta cuándo vamos a consentir que un miserable morfema juegue con nuestros mensajes de semejante modo?

5 comentarios:

Diego Fernández Magdaleno dijo...

¡Es intolerable!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Es que la sintaxis arrasa con todo, hasta con la prensa, ¿dónde vamos a parar?

No.me.pises.que.llevo.chanclas. dijo...

Lo que hace una preposición...!!!
un bso

Anónimo dijo...

Buenoooooo,y si sólo fuera "eso" no sería del todo grave.Cometen unas faltas de ortografía garrafales!A veces pillo un boli y las señal.Mola!

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

Eres la reencarnación de Lázaro Carreter.
Un beso chamaco,
Álvaro